domingo, 24 de enero de 2016

Discapacidad desde dentro: viajando a ciegas.

¡Hola! Esta semana se me ha ocurrido que os puedo contar como hago para organizar un viaje con mi ceguera, y qué tengo que tener en cuenta. Muchos me diréis eso de: ¡pues ve a una agencia de viajes, y deja de quejarte!. Podría, pero no me da la gana, primero porque es más caro, y segundo porque no me da la gana.




Bien: lo primero es decidir el medio de transporte. Imaginemos que es el avión, así que toca buscar un vuelo a poder ser baratito, y aquí me encuentro con el primer problema: muchas de las webs de viajes, comparadores de tarifas o agencias online, incluso alguna que otra web de aerolinea no están adaptadas para mí, siempre falla algo. O no puedo elegir las fechas porque no son accesibles los botones del calendario, o no puedo escribir el destino porque aparece un mapa, o no puedo seleccionar el vuelo, o no puedo pagarlo, o no.... Pero bueno, imaginemos que he finalizado con éxito la búsqueda y compra del billete y he conseguido no depender de nadie.  Después de celebrarlo  entre botellas de champan caro, toca buscar un hotel. Para ello me gusta contrastar opiniones en sitios web (que a veces tampoco están muy bien porque alguno de los botones no es accesible), y una vez encontrado el mejor lo reservamos con idéntico problema al de los vuelos. Accesibilidad escasa. El tiempo pasa y llega el maravillosísimo día del viaje y después de pasar tus horitas amenas de vuelo (un día os cuento como es el tema del avión para una persona con movilidad reducida), llegas al destino, a tu alojamiento. Pues bien, imaginaos que las habitaciones no tienen número, que las llaves tampoco, que de repente te encuentras escaleras sin que te lo esperes, que las zonas comunes tampoco están señalizadas, ni los números de cada piso. ¡Sería un auténtico caos, verdad? Eso es lo que me encuentro yo cada vez que viajo: hoteles que ni siquiera tienen el número de la habitación en braille, o el de la planta del hotel, o el cartelito de las zonas comunes, o señalizadas las escaleras. Creo que no es algo tan complicado y sin embargo muchas veces nos obliga a los invidentes a viajar con alguien, o a pedirle ayuda a algún empleado del alojamiento que no siempre está dispuesto a dártela o a a abandonar su puesto,  o a rebuscar hoteles que sí estén adaptados, que los hay, pero no muchos. ¡No imaginais la felicidad que me entra cuando veo algún cartelito en braille, que no sea los números del ascensor! En mi caso y al ser sólo viajes de ocio, siempre que me acompañe alguien no tengo prácticamente ningún problema que no pueda ser solucionado dependiendo de ese alguien, pero hay que tener en cuenta que el acompañante tiene tanto derecho a disfrutar del viaje y relajarse como lo tiene la persona con diversidad funcional. pero ¿y si en vez de ser ocio fuese por trabajo? Ahí ya sí que lo tendría.

Sin embargo mi ceguera es algo fácil de llevar y que no requiere tanta adaptación, pero ahora imaginad qué necesita una persona en silla de ruedas, o sorda, o autista, o muda... ¿De verdad creeis que los ascensores de los hoteles son siempre lo suficientemente grandes?, ¿o que el acceso a los alojamientos siempre está adaptado?, ¿o que todas las personas con diversidad funcional necesitan el mismo tipo de cama?, ¿O que todos los recepcionistas saben lenguaje de signos?, ¿o que hay pictogramas para ayudar a las personas autistas?, Pues... la verdad es que no. Los alojamientos están diseñados para recibir a un público sin prácticamente ninguna necesidad especial, más allá del tipo de lavado que prefiera para su traje, o si desea o no utilizar la caja fuerte del hotel.

Luego está el asunto de las excursiones no accesibles para todos,  las audioguías táctiles, los guías turísticos que por norma general no saben lenguaje de signos... en fin, mil cosas que cuando se trata de turismo se suelen poder solucionar dejándolo todo bien atado previamente con una agencia de viajes especializada y la contratación de un guía exclusivo para la persona en cuestión, pero que suponen un gasto de dinero bastante extra.

Y vosotros, ¿Alguna vez os habíais dado cuenta de algo de esto?, y si teneis alguna necesidad específica, ¿qué echais en falta?


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